No puede haber nada que me guste más que hacer paseos por la ciudad. Me da lo mismo dónde sea cuando el fin es relajarse, comer algo rico, caminar, vitrinear cositas.
Este sábado nos juntamos tipo 5 de la tarde y nos fuimos directo al Barrio Lastarria. Todos los fines de semana se ponen en medio de la peatonal unos vendedores de antiguedades, tienen de todo, desde libros (una vez me compré un Principito del año 57 a sólo $5.000!!) a cámaras de fotos, tazas, monedas, billetes antiguos, juguetes y los más diversos chiches que se puedan imaginar.
Este sábado nos juntamos tipo 5 de la tarde y nos fuimos directo al Barrio Lastarria. Todos los fines de semana se ponen en medio de la peatonal unos vendedores de antiguedades, tienen de todo, desde libros (una vez me compré un Principito del año 57 a sólo $5.000!!) a cámaras de fotos, tazas, monedas, billetes antiguos, juguetes y los más diversos chiches que se puedan imaginar.
Este es el look que les había comentado la otra vez que se parecía más o menos a uno de la nueva temporada de Zara Casual (la blusita con la corbatita, los shorts, etc). La blusa es Gap y la compré en la ropa usada, los shorts son hechos de un pantalón Lee a la cintura que compré en una feria en Maitencillo y que corté, la corbatita la hice con un pedazo de cinta negra, los zapatitos son Zara y complementé este look otoñal con mi abrigo de piel falsa de leopardo que compré en Fes. Al final de muchas mezclas se puede lograr un buen look, referenciado de otro que les aseguro debe haber costado el triple de dinero que el mio.
Lo que más me llama la atención son las cosas realmente antiguas que se pueden encontrar en esos puestos. Revistas, libros, cuentos de muchos años atrás. Los tienen en perfectas condiciones y a precios muy convenientes.
Y estas hormas con las que hacían antiguamente los zapatos, que pueden quedar muy bien de adorno, si se les combina bien.
Después de caminar, cuando el frío ya empezó a sentirse más, nos fuimos al Café del Opera y nos pedimos un par de tortitas para golosear. Tengo que reconocer que lo más rico fue el café, porque las tortas eran más lindas que ricas. Es una pena cuando pasa eso que la comida te da una impresión totalmente diferente a lo que realmente es. Le faltó sabor, la torta de mousse de frutilla no tenía sabor a nada, parecía de utilería. La de chocolate estaba un poco mejor pero tampoco me dejó con una buena impresión, de hecho dejé un pedazo grande y como ya se han dado cuenta mi gusto por los dulces no es menor, asi que para haber dejado quiere decir que realmente era decepcionante!
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